Abriéndose paso en la noche comenzaron los rockeros (antes funkys) LEX MAKOTO, con su aire desenfadado y llenos de energía ante una sala un tanto escasa de público pero que se volcó con el grupo contando con que había más de uno que se sabía las canciones. Estuvieron geniales con su rock de letras ácidas y descaradas y una fuerte presencia en el escenario, sobretodo de Álex, su bajista, que era la bomba moviéndose en ese pequeño escenario yéndose al frente con la mirada perdida en el horizonte sin parar de tocar su bajo. 
Unos grandes músicos, con un buen vocalista (portando sorprendentemente por su estilo una camiseta del grupo Down) que estuvo muy agradecido durante toda la actuación a los asistentes, y teniendo como gran abanderada de la noche la canción “Todas las zorras van a catequesis”. También sonaron temas potentes como “Animal”, “Moksha”, con el que se ayudó Toño (el cantante) de un megáfono, “El Nido” y la psicodélica “Cucumber Nauta” para finalizar su tiempo.
Y tras un breve cambio se presentaron en el escenario los suecos BONAFIDE, que regresaron a nuestro país presentando como se merece su último y recomendadísimo trabajo “Something’s Dripping”, un grupo a caballo entre ritmos de AC/DC y Motörhead mezclados a su imagen y semejanza. Comenzaron su brutal actuación sabiendo mezclar los temas de sus dos álbumes editados hasta la fecha dando el pistoletazo de salida con “Dog”, una de las más pegadizas del último disco. Y sin descanso para recobrar el aliento la primera de su anterior trabajo de nombre homónimo titulada “Down”. Comenzaron muy fuerte y siguieron con más fuerza aun con “No doubt about it” y “Dirt bound”, dos auténticos trallazos y es que Bonafide no se caracterizan precisamente por las baladas. 
Con “Hard livin man” hicieron un paréntesis para centrarse un poco en canciones de su primer trabajo, parte de la actuación en la que se notó bastante que la gente andaba un poco más verde a la hora de cantarlas. Tocaron “Can’t get through”, “Going in for the kill” y “Night Time” (que se la dedicaron a Diana, la mujer que les acompaña en el merchan), para volver con fuerza a su “Something’s Dripping” con “Butter you up”, “Straight shooters” (que fue dedicada a Motörhead) y la grandiosa “Fill your head with rock” con todo el público enloquecido en el estribillo sin apenas dejar cantar a Pontus Snibb, porque para eso ya estábamos nosotros, finalizando el set con el blues de “Big boss man” antes de retirarse a los camerinos.
Ni cinco minutos pasaron cuando volvieron a la carga con “Loud Band”, bajando Pontus guitarra en mano para pasearse entre el público mientras seguía tocando la canción y algunos se iban haciendo fotos a su paso, seguida de “Can’t explain” a petición del público. Pero no se terminó ahí la cosa, porque al vernos tan animados, aun se resistieron a abandonar el escenario y nos brindaron una última canción la cual no llegué a pillar el nombre y que nos llenó de felicidad aunque rondábamos ya las dos de la madrugada.
Un sensacional concierto de una banda más que sensacional, la cual estuvo departiendo unos buenos minutos con todos nosotros en el puesto de merchan para hacerse fotos, firmar discos y recibir todo tipo de alabanzas bien merecidas por parte de todos los asistentes. Y es que bandas así es lo que hace falta, con la esencia del buen rock del de siempre, que no caduca y nunca caducará, atrayendo cada vez más a las nuevas generaciones con una simpatía desbordante de cada miembro de la banda. Un 10 de nota y me quedo corto. A ver si para su próxima gira por nuestras tierras gozan de más popularidad y consiguen llenar en locales de mayor tamaño porque no es para menos… tiempo al tiempo.Textos: Jesús Bellón
Fotos: Sonia Cigüenza
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