Cuando nos topamos con un tema como “Nunca Hables De Mi”, lo primero con lo que nos podemos quedar es con esos secos riffs y esa melódica voz que nos puede hacer llevar esto al terreno más actual del rock. Sin embrago, encontramos de manera muy arraigada una consistencia stoner que descubriremos que termina siendo algo básico en el sonido del grupo. Sin ir más lejos podemos continuar con “En El Núcleo”, con nuevo riff potente y rockero. Y es que si profundizamos en temas como “Me Puedo Conformar” u “Hoy” podemos encontrar mucha afinidad con grupos de los 70 y más en concreto una cercanía al “Planet Caravan” de Sabbath. Les gusta a estos músicos dejar ciertos guiños de psicodelia en algún tramo de sus temas, aunque se trate de cortes que no se recreen tanto como los anteriores, caso de “Estás Enterrado” o “El Gusano Del Templo” que, si no del todo comerciales, cuentan con una voz limpia y clara que deja asequibles melodías sobre toda esa potencia, al margen de los giros que puedan poseer unos temas donde siempre hay espacio para que las guitarras vuelen a su antojo. Así ocurre también en el homónimo, en “Yugoslavia” y en el tema más oscuro de todo el álbum como es “La Madriguera”.
Puede que se eche en falta algo más de diversidad a partir de la mitad del disco, pero es realmente destacable la forma en que han hecho casar Porcelina una música de fuerza tan salvaje con una voz tan melódica y actual. Esas dos facetas tan contrapuestas no se repelen en ningún momento, sino que se dan la mano para mostrar un estilo nítido y consolidado, tal vez más moldeable de lo mostrado en estos temas, pero que no cierra la puerta a nadie que se acerque a la escucha.
ANTONIO REFOYO
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