El sábado 21 de julio las nubes amenazaban lluvia, pero todo quedo en un cielo encapotado, que permitió un descenso de la temperatura y pasear tranquilamente por el recinto disfrutando de las instalaciones. Y qué decir que para nuestra sorpresa encontramos el recinto impoluto, sin rastro de ningún vaso, colillas o restos. Como si el día anterior no se hubiera celebrado ningún festival.
Además del parking para vehículos, también había una carpa con verja y personal de vigilancia, donde dejar las motos, no hablo de vespinos, hablo de Harleys Davidson; estar dentro era como abrir el baúl del tesoro y encontrar un montón de joyas.
Para los más intrépidos y, con estómagos resistentes, en el centro del recinto se encontraba la atracción al estilo molino, que impresionaba sólo con verla girar. Y como en todos los festivales, imprescindible el mercadillo donde encontrar desde chupas de cuero hasta parches de varios grupos, y por supuesto, zona de alimentación muy variada: perritos, hamburguesas, comida china, pizza, etc... A precios razonables.




Para esta gira, han contado con la inestimable colaboración a la gaita irlandesa de Troy Donockley, lo cual es muy de agradecer evitando que ese sonido tan especial tenga que sonar pregrabado, ¡siempre es preferible escuchar las cosas completamente en directo! Para las siguientes tres canciones estuvo presente en el escenario al lado de la batería, cómodamente sentado deleitándonos con su sonido. Las impresionantes tuberías que rodeaba el órgano del líder y teclista Tuomas Holopainen, daban paso a una escenografía al más puro estilo noruego, donde el bajista y vocalista Marco Hietala interpretaba uno a uno los temas de la banda, comenzando su despliegue con la reciente “I want my tears back”, “Come cover me” y el siguiente tema elegido “Last of the wilds”, llegando así a la mitad del concierto.

Hasta ahora, habían contado con cañones de humo y varios efectos pirotécnicos. Fue sonar “Planet Hell” y entonces se desataba el fuego sobre el escenario al ritmo de los primeros acordes. Por un momento los chicos de Nightwish nos llevaron a las entrañas del Infierno. “Nemo” sonó entre luces multicolor y con un órgano que se ponía a arder en los momentos más elevados del tema.
Llegábamos casi al final de un hermoso concierto, suena de nuevo la gaita de Troy anunciando la llegada de la fantástica versión de Gary Moore, “Over the Hills and far away" para despedirse definitivamente entre fuego, explosiones y potentes luces con “Last ride of the day”, perteneciente a su última obra, la BSO de su propia película “Imaginaerum”. El mejor concierto de los que hemos podido ver de Nightwish hasta la fecha con diferencia, mucho más impresionantes y compactos que nunca, donde en 60 minutos de concierto segurísimo ganaron nuevos adeptos.

Abrieron el concierto sobre el Bus con “Starting Over” y poco a poco empezaban a llegar curiosos desde todas partes del recinto. Sin perder el hilo de la noche seguía sonando el metal melódico con el tema “Pride”. La voz de su vocalista Rosa recorría los temas de Ankor sin darnos un respiro, surgió la magia del metal y el feeling de los integrantes de la banda se fusionó con el público. Entre las luces azules de un bus más que curioso, llegó el momento de “Reborn” y de su gran éxito “Completely Frozen”. Ankor nos puso a saltar a todos con la cover del tema “Chop Suey” de los estadounidenses System of a Down, con el que daban paso al último tema que sonaría en el Bus y el más conocido de la banda, “Remaining”. Podría aventurarme a decir que sin duda estos chicos tienen mucho que ofrecer y pronto veremos el nombre de Ankor dando la vuelta de festival en festival, el grupo nacional revelación del Costa de Fuego para nosotros, ya tiene nombre: Ankor.


Con “Soil’s song” empezaron a levantar el vuelo de nuevo hacia caminos más potentes, sirviendo de aperitivo para que en el ecuador de su actuación sonara “Teargas” y “oferta”, canciones bastante queridas por sus fans más allegados, una vista atrás a su trayectoria que siempre es de agradecer con un estilo claramente menos “sampleado” que su última etapa, con un Jonas Renkse al que no le temblaba ni un ápice su registro vocal, sobresaliente para la banda en general desde luego. Con “Evidence”, “Ghost of the sun” y la tremendísima “July” dejaron el listón altísimo, gran descarga de agresividad y pasión a partes iguales en un conciertazo que fue de menos a más con estas “últimas” canciones, ya que el final lo clavaron con “Leaders” para dejarnos a todos botando y moviendo la cabeza pidiendo más y más. Como digo, conciertazo de los suecos al que no le faltó absolutamente de nada, solamente el doble de tiempo para rescatar más temas antiguos.
Un directo más o menos cortito que me permitió pasarme brevemente por el escenario Costa de Fuego para ver el esperado y extrovertido MARILYN MANSON, donde se encontraba Ana bien atenta. Tras una dulce intro, apareció frente al público, después de la caída del telón negro que escondía una siniestra escenografía, abriendo con el tema “Hey, cruel world”. Luces y humo cubrían el escenario, un mundo cruel sin duda.

Manson nos iba adentrando cada vez más en su oscuro mundo con “Disposable Teens” y “Love song”, uno de los temas de su primer bloque donde roció a los presentes con una especie de soldador luminoso que emitía humo, mientras el público coreaba sus temas y se veía a un Manson que se encontraba más a la altura de lo que había visto en videos de conciertos anteriores. “No reflection” y “Mobscene” dieron paso a “Dope Show”, donde sonó con la máxima elegancia que un personaje como Marilyn puede ofrecer, traje de corbata marcando su estilo clásico y una lluvia de oro le cubría las espaldas de la banda. Después de “Slo-mo-tion” es el turno de dos grandes éxitos de la banda,“Rock is Dead” y “Personal Jesus”, muchísimo erotismo entre el público y sensualidad por parte de varias féminas que bailaban al ritmo que marcaba Manson.
Tras “Pistol Whipped”, “Coma White” e “Irresponsible Hate Anthem”, Manson se marcaba el famoso y aclamado “Sweet Dreams” llegando al final del bloque y al principio del final del concierto. Con un cambio radical de escenografía, metieron un púlpito en el centro del escenario, negro con simbología que recordaba en forma y colores a la mostrada en la Alemania de 1940 por los nazis, pero en lugar de subir un despiadado Hitler con su discurso a sodomizar a las masas, esta vez era Manson con su peculiar vestuario, y con acrobacias incluidas quien deleitaba a su público con “Antichrist Superstar” para terminar su actuación con la atronadora “The Beautiful People”. No soy muy seguidora de Marilyn Manson, pero lo que yo vi, fue un verdadero espectáculo que cualquier fan hubiera disfrutado desde el principio hasta el final de las dos horas de concierto que nos ofreció el estadounidense Manson.


Y con este concierto acabó para nosotros la segunda jornada del Costa de Fuego y con ella, la primera edición del festival. Con los pies molidos, las cervicales machacadas y un cansancio tremendo después de tantas emociones y conciertazos abandonamos el recinto, con ganas de más por supuesto. Sólo puedo decir que este es uno de los mejores, si no el mejor, festival al que he podido asistir en España, no por los grupos en sí, que no eran todo lo conocidos como se esperaba más de uno, si no por la organización, la puntualidad, la limpieza... TODO en general se merece un diez.
Así que curiosos por qué pasará el año que viene, en esta primera edición del festival pasamos un fin de semana de puro Metal. Ahora sólo queda esperar las fechas y confirmaciones para el Costa de Fuego 2013.
Texto: Ana Juan y Jesús Bellón
Fotos: Jesús Bellón
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