Crónica: THE BREW en la Caja Negra de Alicante (14/03/2012)

Eran las 21:00 cuando abrieron las puertas de la sala La Caja Negra, en las Cigarreras (Alicante). No es que el lugar se llenara hasta abarrotarse, pero a pesar de ser miércoles y haber fútbol en la TV, hubo bastante afluencia de gente ilusionada y dispuesta a disfrutar de un gran directo.


El escenario ya estaba preparado y unas luces blancas y amarillas iluminaban los instrumentos dando la sensación de una sala de conciertos de los años 70. Desde chavales de unos 13 años hasta gente de unos 50, todos esperando hasta que al fin, a las 21:45 saltaron al escenario los tres componentes de la banda de Grimsby.

Ya no sólo el sonido de la guitarra o el de la batería, sino también ese vestuario y esos gestos, esos pasos, los saltos y las posturas; todo en conjunto recordaba tanto al rock de Led Zeppelin como de The Who y otros encargados en influenciar a este pequeño gran grupo. Sin decir nada, cada uno cogió su respectivo instrumento y rompieron el silencio con la canción “Six Dead”, segundo tema de su último disco “The Third Floor”. Seguidamente tocaron “Every gig has a neighbour” con la correspondiente crítica a aquellos vecinos quejicas que todo les molesta, para continuar con “Postcode hero” y “Reached the sky”.

El grupo, sobre todo el vocalista Jason Barwick pedía al público un feedback bastante conseguido, ya que los espectadores respondían con facilidad y ganas a las peticiones de los artistas. La variación entre temas cantados e instrumentales con esos solos de guitarra y bajo setenteros (y en muchos pasajes psicodélicos) ya no sólo provocaron la emoción del público, sino también el que estuviera más entregado y con la tensión del momento a flor de piel, esperando qué sería lo próximo.

Después vendrían dos temas de los mejor de su repertorio: “Master of Puppeteer” y “The third floor”, canción homónima de su álbum. A lo largo del espectáculo intercalaron sus canciones con pequeños toques de humor hacia el público y entre los tres componentes, dejando ver una buena relación y complicidad entre ellos. ¡Qué menos cuando dos de los componentes (bajo y batería) son padre e hijo! Tras la pequeña presentación del grupo y de ese pequeño pueblo portuario del que proceden, se arrancaron con “Imogen Molly” y seguidamente con “KAM”, otro temazo para el recuerdo. Este tema terminó con un solo de guitarra tocado con arco de violín al más puro estilo de Jimmy Page, uno de los primeros músicos en utilizar esta técnica (y así, haciendo honor a las influencias del grupo).

Fue entonces cuando los dos componentes del grupo dejaron a solas a Kurtis Smith, encargado de la percusión, para que realizara uno de sus solos de batería, en el que a mitad se hartó de las baquetas lanzándolas al público y empezó a tocar con las manos, lo que hizo que el público se alzara en aplausos. Además de impresionante, el solo también se caracterizó por esos particulares toques de humor en los que Smith parecía que se estuviera quedando con nosotros. Este muchacho de unos 25 años consiguió meterse al público en el bolsillo. Y, tras este solo de batería de diez minutos de duración, el grupo volvió para dar fin a lo que había sido un concierto espectacular, lleno de momentazos musicales y además, buenas risas.

No obstante, el público no estaba dispuesto a dejarlos marchar y que el concierto terminara ahí, así que comenzó a reclamar a los músicos al grito de “¡¡otra!!”, con lo que, después de unos segundos de descanso volvieron para ofrecernos el tema “Million Dead Stars” con la participación cantada de los alicantinos allí presentes, dejándonos a todos con la boca abierta por esa puesta en escena tan sencilla y efectiva. Y entonces sí, a eso de las 23.45 y tras dos horas de concierto, nos dieron un regalo para finalizar, porque ¿qué mejor sabor de boca que el de “Dazed and Confused” de Led Zeppelin antes de decir adiós?

A pesar de las circunstancias descritas al comienzo de este texto, he de decir que había mucha más gente de la que me esperaba. Además, para nada imaginaba esa simpatía y buen humor por parte del grupo y ese trato tan cercano con los fans. De verdad, que con un conciertazo así da gusto terminar el día.

Texto: Carmen M.
Fotos: Jesús Bellón

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