Sobre las 22:00h el inigualable guitarrista, cantante, compositor y en definitiva músico, Jorge Salán daba comienzo a su concierto con “Depredador” tema que abre su nuevo disco “Sexto Asalto” un comienzo potente con la guitarra y la batería atronando este inicio tan fortísimo, que nada ni nadie podría estropear. Era la hora de “Mar de Cristal”, diría lo mismo que la canción anterior, ya que esta joya discográfica que nos venía presentando, está llena de poder, rebeldía y fuerza. Pero apuntaré sobre este tema, que lo protagonizan guitarras más agudas, con riffs más rápidos. Las voces de los allí presentes siguiendo este tema y arropando toda la sala, ayudaban a este arranque a ser más inolvidable que antes si cabe.
Jorge decidió para esta noche, seguir desde el principio, hasta casi el final de la actuación, el orden del CD, casi sin descansos para presentar o comentar los temas. Así pues, bajando un poquito la rapidez de los anteriores temas para dejarnos descansar durante unos instantes, llegaron dos de los que a mí, personalmente, más me gustan: “Tocar Tierra” y “Aprendiendo a Perder”, acompañadas de juegos con el público, bromas, risas, etc... Creo que uno de los motivos del éxito de Salán es el contacto tan directo que tiene con su gente, lo familiar que hace todo y la capacidad que tiene para imprimir a cada tema el sentimiento que porta, muchos puntos a favor para el artista.
Rompiendo ya el orden del disco llegaba “Reflejos del Ayer” y como creo que a Jorge le gusta mucho meternos caña... volvimos a los temas potentes y los momentos de fuerza del disco, disfrutando de una gran técnica por parte de todos los musicazos que se encontraban sobre el escenario, un tema único, donde nos deleitamos todos los allí presentes hipnotizados por esta canción. Tras ella, nos esperaba una gran sorpresa. Armónica en mano, Jorge se marcaba un sólo con este instrumento, que daba paso al blusero tema “La lluvia quedó atrás”, quizás el más lento, emotivo y que mejor se pudo disfrutar, ya que a los conciertos de esta noche no les acompañó una gran calidad de sonido..
Como dije antes, no hubo muchas palabras en la noche, pero cuando las hubo, fueron muy emotivas y utilizadas para felicitar por su cumpleaños a una seguidora que se encontraba entre el público. Estas palabras, fueron acompañadas de un: “¿A alguien le gusta Gary Moore o no?” consiguiendo alzar los brazos y las voces de todo el público, para ovacionar a ese gran artista, que creó la preciosa “Over the Hills And far Away” tema que Salán versionó, con una ejecución perfecta que no dejó indiferente a nadie y donde reflejó una voz que conserva esa personalidad innata e inconfundible del virtuoso músico español. Tras un saludo del grupo y los típicos momentos de arrojar baquetas y púas al público, llegó el final del excelentísimo concierto de este gran músico, que se supera día a día y no defrauda a nadie.
Tras unos 20 o 30 minutos de cambio de escenario, vimos aparecer a los cuatro protagonistas de la noche, Javier Vargas a cargo de las guitarras, Paul Shortino a la voz, Carmine Appice en la percusión y Luis Mayol portando su bajo. Comenzaron con una apoteósica versión de “It's a Long Way to the Top” de AC/DC entre tanto grito y salto por parte de todos, parecía que la sala iba a reventar en mil trocitos, pero todos seguiríamos allí disfrutando de la noche, al aire libre si fuera necesario. 
Después de este explosivo comienzo nos esperaba el temazo “Soul of love”.Siguiendo también el orden del disco, dejábamos los temas propios para seguir con las versiones. En esta ocasión nos esperaba, la conocidísima “Black Nite” de Deep Purple. Seguidamente llegó el segundo momento de Gary Moore de la noche, con la blusera (y preciosa, todo sea dicho) balada
“Parisienne Walkways”. Otro tributo a otro de los grandes, el más grande diría yo, Dio con Black Sabbath, un “Heaven & Hell” a capella, muy emotivo, cuernos y cánticos en alto e incluso hasta lágrimas a flor de piel.Estos cuatro artistas gozaron de una fantástica acogida por parte de un público que se dejó la voz cantando y el cuerpo bailando. Temas como “Livin' Alone”, “Fever” y “Hanging On” eran el comienzo del fin de la noche, no sin antes, permitirnos disfrutar de un espectacular sólo de batería de larga duración en el que Carmine Appice nos dejó sin habla y boquiabiertos a muchos. Para terminar, un frenético “One Way Out” de los Allman Brothers que hizo vibrar todo Salamanca, haciendo de esta noche algo inolvidable.
Jorge Salán y Javier Vargas (con sus respectivos) son dos grupos con una garantía de calidad musical, no les falla ni la selección de sus músicos ni su carisma. Fue todo un honor poder disfrutar de una noche de rock en tan grata compañía.Texto: Alba Izquierdo
Fotos: Cristina Izquierdo
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