TNT Radio Rock "El Blog"

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viernes, 5 de noviembre de 2010

crónica: GUNS N´ROSES + SEBASTIAN BACH 10/10/10 San Sebastián (Velodromo Anoeta)

El día que Axl Rose y sus chicos comiencen a la hora no va a haber llegado nadie todavía al recinto. La gente ya tiene en cuenta que sus conciertos van a contar con un considerable retraso. A nadie nos sorprende, aunque en nuestro caso fuimos puntuales por si las moscas. Pero es que cuando en la puerta nos dijeron que abrirían dos horas más tarde de lo establecido ya nos echamos las manos a la cabeza. En mi caso al día siguiente madrugaba y esto pintaba para largo. Al menos en esta ocasión había excusa y se trataba de un retraso en la llegada de los camiones con todo el montaje y de problemas a la hora de poner todo a punto. Nos lo podemos creer, pero este hombre no necesita nada para llegar tarde a una cita donde siempre le esperan, aunque sea para recibir botellazos, como recientemente le ha ocurrido.

Aquí no sería el caso ya que había expectación y ánimo entre la concurrencia en un recinto lejos del lleno, pero acondicionado para que un puñado de miles de personas creara un recogido y a la vez gran ambiente. El escenario estaba colocado bastante cerca de la gradas y los laterales habían sido bien delimitados por vallas para que el Velodromo Anoeta no se quedara grande. De hecho, tampoco fue nada despreciable la presencia de público teniendo en cuenta la cercana fecha de Zaragoza y la visita de la banda a Madrid, lo cual siempre hace que los desplazamientos no se dirijan solo a masificar un mismo lugar. Si además tenemos en cuenta que la gente está escaldada de ciertas actitudes del vocalista, habrá que tachar de sensacional el ambiente de esta noche de domingo.

Toda la espera sufrida se nos olvidó de un plumazo con un Sebastian Bach que salió a desquitarnos de cualquier tipo de mal rollo que lleváramos en el cuerpo. Y es que un tema como “Slave To The Grind” para recibirnos es como para comenzar a disfrutar desde que la banda pisa las tablas. Con la portada de su última obra en solitario de fondo, lo que realmente nos ofreció el rubio vocalista fue una colección de grandes éxitos de Skid Row para regocijo de la parroquia. El cantante no tardó en hacernos enfervorecer con un arranque enérgico continuado por “Black In The Saddle” de Aerosmith y “Big Guns”. Un desmelenado Sebastian Bach hizo temblar el recinto junto a su banda, a los cuales también les dejó lucirse. Más en concreto se le vio bastante condescendiente con el jovencísimo guitarrista de su derecha que nos recordaba al adolescente que también fue en su día este legendario cantante.

Pero no cabía duda de que sobre las tablas había una estrella a la que un foco seguía allá donde se moviera. El que fuera cantante de Skid Row estaba despejando todas las incógnitas y dejando en signo de interrogación todas las críticas hacia su estado vocal de un tiempo a esta parte. Aquí se mostró como un coloso que llegaba a los tonos agudos y que rompía su voz cuando la canción le pedía rematar de forma más agresiva. Puede que ya no cante siempre en los tonos más limpios, pero desde luego estaba demostrando el por qué de su leyenda. Unas cuantas veces agitó con inusitada fuerza el micro sobre su cabeza lanzando un lazo que nos atrapó a todos.

Antes de “Here I Am” hizo el primer guiño al nombre de San Sebastian acorde al suyo propio. Y continuamos con un efusivo show todavía con Skid Row más presente que su propio trabajo en solitario a cargo de temas como “Stuck Inside”, “Piece Of Me” y “18 And Life”, una de las más exitosas y recordadas baladas de la historia del rock con la que fue inevitable un nostálgico estruendo al comienzo de los primeros acordes. Sin embargo, diría que el vocalista se encontraba más cómodo en temas con mucha más potencia para lo cual el primero de cosecha propia, “American Metalhead”, fue un furioso contrapunto al momento tierno que le precedió. Muy agresivo Sebastian Bach toda la hora de descarga, pero siempre con una sonrisa en la boca, cogió este momento central para dejar constancia de “Angel Down” con otro tema del álbum que, en teoría, nos presentaba. Esta vez fue “Stabbing Daggers”, donde su banda se desinhibió más si cabe.

Tras este pequeño paréntesis había que retomar las armas más letales de un tema como “Monkey Business” para dejar tan solo un pequeño respiro en “I Remember You” y rematar poniéndonos a todos a gritar ese “Youth Gone Wild” que a nadie pilló por sorpresa como cierre de una memorable descarga. Las espadas en todo lo alto dejaba Sebastian Bach para que luego le continuara Axl Rose. Eso sí, durante el concierto los halagos y referencias al gran nombre de sus compañeros de gira fueron constantes, pero ahí les dejó la papeleta tras una hora sin parar de moverse y entregarse a todos nosotros. Un gran frontman que supo transmitir a todos los presentes que estaba ahí para nosotros, tanto a los que estaban a pie de escenario como en las gradas. Sin duda el atractivo de un telonero de lujo como este subió muchos enteros este evento que ya no solo se sostenía en la siempre errática figura del líder de Guns N´Roses.

Sebastian Bach no flojeó y, desde luego, no podía dejar esto en mal lugar al nombre principal de la gira. El recuerdo de hace unos años en Bilbao era más bien negativo, pero las crónicas sobre los últimos conciertos de la actual formación de Guns N´Roses hablaban de actuaciones solventes. No es que deshicieramos la incógnita nada más que las siglas del grupo en gigante tamaño aparecieran en la pantalla posterior del escenario, pero el comienzo con el tema que da título a ese último y polémico disco no pintaba nada mal. “Chinese Democracy” sonó muy potente, contó con un impresionante sonido a cargo de una banda formada por dos teclados, una batería, tres guitarras, un bajo y el vocalista que ejerce de líder controlador de cada situación. Las explosiones de fuego acompañaron a esas pantallas que también llameaban. Así la cosa ya estaba muy caliente y más que iba a estar con “Welcome To The Jungle”, el explosivo “It´s So Easy”, contando con pirotecnia, y “Mr. Brownstone”. Un inicio arrasador que nos hacía emocionarnos ante una banda de mercenarios que daba bien el pego junto al único miembro real de lo que en su día fue Guns N´ Roses.

Sin embargo, a partir de aquí comenzaría otro tipo de actuación más reposada en la que Axl Rose no se cortaría en presentarnos su último trabajo, cosa que me parece muy digna. Precisamente dignidad es la palabra que emplearía para calificar la forma con la que el vocalista defendió con uñas y dientes temas nuevos como “Sorry” o “Shackler´s Revenge”. Objetivamente los temas de su última obra considero que fueron los más brillantes momentos del concierto solo con la salvedad de “November Rain”, la cumbre de esta noche a todas luces. Un tema deslumbrante de principio a fin, desde que Axl Rose se coloca en el piano al más puro estilo Elton John y arranca con un pequeño solo hasta que las famosas notas del principio del tema hacen enardecer a la concurrencia que estalla con algarabía. El final con pirotecnia sería, bajo mi punto de vista, la estampa definitiva del concierto. Además es una muestra clara del tipo se show que hoy en día realizan estos músicos. Lejos están de ser la banda que hacía arder los garitos de Los Angeles a mediados de los 80 y queda claro (y que no se me enfade nadie) que el lado macarra de Guns N´ Roses se lo ha llevado Slash. Hoy en día el grupo se decanta por un espectáculo musical visualmente mucho más elaborado, musicalmente mucho más completo. Todos los músicos realizan algún solo y se hace un repertorio que gana en eclecticismo con los nuevos temas. En esta tesitura el punto central se lo tiene que llevar igualmente un tema tan completo como esta joya de canción extensa. De hecho, mirando las caras de las primeras filas enfocadas por las cámaras que proyectaban las imágenes en la pantalla, pudimos ver que el público que arrastra Guns N´Roses es de lo más variado. Muchos rostros de esas chicas perfectamente encajarían en un concierto muy alejado del rock.

No veo nada de negativo en ello. Incluso con el buen hacer de la banda es realmente meritorio el nivel al que llevaron la actuación. Pienso que Axl se metió más en los temas de la última obra en los que levantó la voz mucho más de lo que siempre nos ha acostumbrado. Ahí quedaron “This I Love” o un “Better” de sonido ciertamente artificial, pero muy válido para el directo como pudimos apreciar. Como la gente respondía por si sola a temas del significado de “Sweet Child O´Mine” o “You Could Be Mine” finalmente todo quedó bastante equilibrado y el concierto no llegó a perder fuelle a pesar del fuerte inicio y de los continuos solos y partes instrumentales. Una vez envueltos en esta tesitura la banda nos hace disfrutar de esta forma en la que llevan adelante la descarga apreciando detalles que van mucho más allá de clásicos como “Nightrain”, importantes en cualquier directo del grupo dado lo mítico de su nombre y de aquel “Appetite For Destruction” siempre presente, pero pienso que esta vez quedaron a la sombra de momentos más sofisticados. De aquella época destacaría “Rocket Queen” como el más bordado en el día de hoy. Y aunque para alguno suene a sacrilegio, y aunque yo no sea de los que defiendan ese “Chinese Democracy” como una maravilla, me quedo esta noche con temas nuevos como “Street Of Dreams” donde pude percibir verdadera emotividad.

En cualquier caso, el grupo también tuvo argumentos de sobra para defender que un concierto suyo es una fiesta además de un espectáculo. Versiones como “Nice Boys” de Rose Tattoo o “Who Lotta Rosie” de AC/DC así lo hicieron ver. Muy celebrada sobre todo la segunda. Lo de que los chicos pijos no tocan rock & roll no dejó de resultar curioso viendo la indumentaria de Axl, que cambió de chaqueta infinidad de veces a cada cual más hortera. Aunque en eso no ha cambiado nada, ya que siempre ha sido así. Ahora es más normal verle con sombrero que con su clásico pañuelo a la cabeza reservado para puntuales momentos.

Tal vez en los bises hubiera sido momento de poner más carne en el asador, pero la banda arrancó con un “Don´t Cry” que, si bien es una balada, fue interpretada con pasión. Sigo pensando que a estas alturas de la vida Axl se siente mejor en estas tesituras relajadas. “Madagascar” supuso otra gran pieza. Viendo este concierto aquel que no haya escuchado esa última obra podría hasta salir convencido de que merece la pena y a quien le disgustara le pueden entrar ganas de darle otra oportunidad, ya que el grupo transmitió convencimiento. Pero el final fue con el esperado “Paradise Ciy” terminando por todo lo alto un concierto largo (casi dos horas y media) donde la banda fue recompensada con un reconocimiento unánime que dejó completamente zanjado el tema del habitual retraso. Fue un detalle final que el vocalista lanzara el micro al público junto con uno de sus anillos. Incluso Axl pidió tímidamente disculpas por los problemas y volvieron a salir todos los músicos al escenario para despedirse con varias reverencias ante esa gente que no abandonaba el recinto. Un agradecimiento reciproco, puesto que el público pudo captar que los músicos dieron lo mejor de sí y el grupo no podrá quejarse del comportamiento general sin un solo mal gesto ante otra cita retrasada y con mucha entrega a las nuevas y las viejas canciones de Guns N´Roses. Puedes preferir al grupo más netamente rockero que en su día fueron, te puede parecer inmoral que un solo tipo se haga con el nombre de una banda pero, tratando de ser lo más objetivo posible, fue una gran noche de música en vivo en contra de lo que muchos pudieran esperar a priori.

Texto: ANTONIO REFOYO
antonio@lamiradanegra.es
Fotos: MARI JOSE MARTIN
mari@lamiradanegra.es

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