Acudimos un año más a la llamada del rock y heavy patrio, no sin cambios de última hora en cuanto a localización se refiere. Nos despedimos de San Javier para recibir una calurosa (metafórica y literalmente hablando) bienvenida por parte de
Beniel, que puso a nuestra disposición el patio del
Colegio Carrión para la celebración de esta sexta reunión anual de viejos amigos.
No sin mucho esfuerzo, la organización consiguió poder ofrecer una fiesta de bienvenida gratuita para todos, el viernes 12, de seis de la tarde a una y media de la mañana, que contó con bandas ya conocidas por el público, o surgidas de las cenizas de otras: los murcianos
SEALEN abrieron para los valientes que ya estaban allí desde el día anterior, no muchos pero más de lo que cabría esperar, que iría creciendo poco a poco para disfrutar de
GUADAÑA (con miembros de los desaparecidos
HUMA),
DÜNEDAIN y
ZENOBIA, continuando con su gira conjunta
“Unidos por el Metal”, la banda tributo a
Scorpions llamada
STINGERS y
LA LEÑERA, de sobra conocida por su entretenido y fiel tributo a
Leño.

Comentar que en general se vio al público disfrutando mucho de principio a fin de los conciertos, que duraban 50 minutos, aunque para las bandas tributo, con horario ampliado, se notó que el calor y en cansancio hacían mella en quienes se retiraban hasta el día siguiente. Personalmente, me pareció que los que más público congregaron fueron
Dünedain y
Zenobia, quizá por el horario, que ya no hacía tanto calor, o que el estilo de esas bandas es más dado al jolgorio que las que vinieron después. Con
Stingers vi a la gente un poco apagada, quizá porque el setlist no tenía todos esos himnos de Scorpions que uno espera escuchar (¿dónde se dejaron
“Still loving you”?) y, con
La Leñera, quizá por el cansancio, pero quienes resistían disfrutaban de lo lindo. No pude aguantar hasta el final pero según me han dicho,
Conan se lució y se ganó al público, y tuvo el fantástico detalle de cerrar con
“Este Madrid”.

La jornada del sábado comenzaba bien prontito, a las 11:20 y bajo un sol de justicia, tanto que muchos se perdieron el buen concierto de
AZRAEL, que se mostraron muy enérgicos y demostraron que con
“Metal Arena” no acaba la cosa. Muy bien su nuevo vocalista
Marc Riera. Sonaron, entre otras,
“Decirte adiós”,
“Sacrificio” y
“Nada que temer”. Para temer, la asistencia que se presentaría ante la banda de death metal
AVULSED, o al menos eso pensaban ellos (y todos) al principio, para llevarnos una gratísima sorpresa tanto por el show de brutalidad que ofrecieron como con la cantidad de gente congregada, bastante numerosa; que no dejó de hacer headbanging y respondió perfectamente cuando
Dave Rotten se lanzó a sus brazos para ser paseado en volandas.
A la una llegaba el turno de una banda tan añeja como poco habitual, una de las sorpresas de este Leyendas, los thrashers
FUCK OFF, que nos sedujeron desgranando
“Hell on Earth”. El número de asistentes pareció bajar, pero se debe a que estábamos a la sombra, o en los puestos de mercadillo, o bajo los grifos de agua pulverizada que maravillosamente se instalaron al lado de la carpa que cubría la barra. Algunos salimos de la cueva para ver a los manchegos
CENTINELA y cantar con ellos
“Pánico”,
“Como un huracán” o
“La herida”, canciones insignia que nos hicieron levantar los puños al cielo.

En general el sonido de la mañana no dio muchos problemas, aunque tampoco podemos decir que fuera perfecto, la verdad sea dicha. Tanto
CHINO BANZAI (con un
Cachorro espléndido) como
SAUROM gozaron de un numeroso respetable que se lo pasó teta, especialmente con los juglares andaluces. Un concierto de ellos siempre saca una sonrisa, haga el calor que haga y sea la hora que sea (creo que deben de haber pasado ya por todas las franjas horarias, jejeje). Quienes notaron mucha bajada de público fueron los legendarios
LOS GUARDIANES DEL PUENTE, que estuvieron geniales y demostraron eso de que la edad es una grado, y la experiencia de esta gente es abrumadora. Lástima como decimos la escasa afluencia de gente.

Con
TAKO, miraras a donde miraras veías gente cantando a saco y disfrutando muchísimo, pues les teníamos muchas ganas. Su concierto, que iba viento en popa, terminó 20 minutos antes debido a un golpe de calor que debió de sufrir uno de los músicos, según nos informaba
Rafa Basa durante el hilo musical y que dio paso, con 5 minutos de adelanto respecto al horario establecido, a la descarga de
ANGELUS APATRIDA. Pese a notar algún problemilla de sonido, el show siguió un ritmo altísimo de principio a fin, nunca fallan estos chicos. La gente no paraba de cantar y de mover las greñas al sol, mientras podíamos escuchar muchos de los temas de
“Clockwork”, su último trabajo grabado con
Century Media, y clásicos como
“Vomitive”,
“Give em war” o
“Thrash attack” para cerrar, si no me equivoco.

Pasadas las siete de la tarde,
TOPO se marcaría un show disfrutadísimo (en mayúsculas) donde
J.L. Jiménez y
L. Laina estuvieron fantásticos, exhibieron magia, una gran técnica, lástima el calor que hacía y que hacia sufrir lo indecible a los músicos, que a veces no podían darlo todo. Detalle lamentable que me perdí y me comentaron más tarde: alguien debió de tirar al guitarrista unas zapatillas. Qué pena que haya gente así que impida disfrutar del todo de momentos tan especiales. El concierto de
TIERRA SANTA 
prometía reventar la asistencia, como así fue de ahí en adelante para todos los grupos, y pese a las malas críticas que se habían oído aquí y allá, estuvieron muy a la altura (concentrados, dinámicos...) y la gente no dejaba de cantar, aunque había rachas de apaciguamiento generalizado, son cosas que siempre pasan. El set no ofreció sorpresas:
“Sangre de reyes”,
“Tierras de leyenda”,
“Caminos de fuego”,
“Alas de fuego”... y la siempre emocionante
“La canción del pirata”, con la que cerraron 70 minutos de sentimiento épico...
BARÓN ROJO suscitaron opiniones de todo tipo: unos dirán que correctos y otros que muy buenos. No sé si será porque los vemos todos los años... pero a título personal no me terminaron de convencer, quizás por el setlist, que no deslumbró aunque no faltaron los clásicos obligatorios (
“Concierto para ellos”,
“Resistiré”,
“Larga vida al rock and roll”,
“Cuerdas de acero”...) y alguna perla poco habitual, como
“El malo”.

La formación con
Gorka Alegre y
Rafa Díaz funcionó muy bien; disfrutan, meten voces nuevas, se les ve a gusto y ese feeling llega al público.
EPICA gozó del mejor sonido del festival, íncreible cómo sonaban las voces limpias de
Simone Simons y guturales de
Mark Jansen. El estilo de la banda holandesa te puede gustar más o menos pero es unánime que sonaron espectacularmente, la puesta en escena de 10, ellos cercanos y marcándose unas frases hechas en español que fueron muy bien recibidas...
“Quietus” y
“Consign to oblivion” fueron las últimas perlitas antes de cerrar el que fue su último concierto hasta el año que viene, ya que como ellos apuntaron, entran al estudio a grabar su próximo álbum.
Triste pero cierto, el espectáculo de
WARCRY fue, sin lugar a dudas, el peor concierto de todos. Algo tuvo que fallar, no sabemos si fue algo puntual o un poco de todo, pero falló el setlist, el sonido, garrafal con unos acoples que te dejaban sordo, la nula concentración de los músicos... Aburridos como nunca los había visto y desorganizados, salvando el honor con clasicazos como
“Tú mismo”,
“Contra el viento” u
“Hoy gano yo”. Los baladones funcionan siempre (
“La vida en un beso”), pero en un festival, con tiempo más limitado, deberían ser menos. Todo lo contrario puede decirse de
OBÚS, que ofrecieron el mejor concierto de esta edición: divertido, auténtico, gamberro... Canciones contagiosas como
“Esta ronda la paga Obús”,
“Corre mamón”,
“Que te jodan”,
“Vamos muy bien”,
“Prepárate”... aunque siempre acaben bajando el listón con tanta presentación final y tanto aplauso cansino, en lugar de tocar otro tema, que sería de agradecer. Un 9 (por este asunto del que no aprenden). Gran puesta en escena con las típicas locuras de
Fortu incluidas; ésta vez consistieron en trepar hasta la torre de luces/sonido, tirar prendas de ropa o beber de botellas lanzadas desde el respetable (lo que no deja de ser peligroso).
A las 2:30 empezaron los 70 minutos de
LUJURIA en Beniel.
Óscar como siempre sorprendiendo con el set y con el atuendo, cada vez es más controvertido. Disfrutamos entre otras con
“Joda a quien joda”,
“Cae la máscara” (siempre genial),
“Carne de cañón”,
“La favorita del Rey” y la simpática
“La gorda”, teniendo un gran gesto hacia el desparecido
Dio interpretando
“Long live rock and roll” como homenaje de clausura. Nada malo se puede decir de ellos, salvo que al tocar los últimos, los asistentes no están con sus fuerzas a tope para sacar todo el metal que llevan dentro... pero sigue dando igual. Nos quedamos con las ganas de escuchar
“Dejad que los niños se acerquen a mí”, dados los acontecimientos sociales actuales, pero no se puede tener todo. Una gran fiesta, un 10 para ellos.
Genial el ambiente y los asistentes, muy bien la organización (aunque el recinto se quedó muy justito, hasta pequeño; pero oye, nada que discutir, por lo menos tuvimos un
Leyendas VI) y el arrojo de todos ellos por sacar adelante un evento que jamás debería dejar de celebrarse. Gracias,
Marcos Rubio, por seguir situando a las leyendas donde deben estar: presentes, encima de un escenario.
Texto y fotos: Sonia Cigüenza Sancho