Si sumamos el trabajo (remunerado) más los kilómetros a recorrer hasta el festival y las retenciones a la entrada de casi dos kilómetros, ¿qué tenemos? Que sintiéndolo mucho, el viernes nos tuvimos que perder muchos de los primeros conciertos. Cuestiones de fuerza mayor. Tras unas tres horas y media de coche, por fin avistamos desde la carretera N-340, llegando a Benicassim (Castellón), el escenario principal del Festival Costa de Fuego. Mucho control policial e indicaciones para entrar en un recinto que si de algo se puede caracterizar es de tener en MARA WORLD unos organizadores excelentes.
El parking más cercano se situaba junto a la entrada del recinto, con un precio de 3 euros por día (destinados íntegramente a la ONG “Save The Children”) y un servicio de personal que te indicaba donde debías dejar el coche, evitándote así dar vueltas innecesarias.
Nada más llegar ya se respiraba el Metal y las ansias por ver que más nos esperaba dentro. Situado muy cerca del recinto, a pocos metros, con una seguridad inmejorable e impecable, se encontraba el camping, que nada más al entrar te tomaban los datos de aquellos que pernoctarían allí y el número de tiendas que llevaban, para facilitar el recuento de personal en caso de incidente. Cabe destacar el detalle de las lonas para proteger del sol y la disponibilidad de barra y mercado en el interior.
A las 21.30h, puntuales (tónica que se extendería sorprendentemente durante las dos jornadas del festival), subieron al sobredimensionado escenario principal Costa de Fuego los veteranos BARÓN ROJO. Corriendo escuchamos el final de “Satánico Plan”, tema con el que abrieron la noche. Los hermanos de Castro brillaron con luz propia con el tema “Incomunicación”, frente a un público que disfrutaba delante de una de las bandas más importantes de nuestro país.
Con un set list muy cuidado, uno a uno sonaban los grandes éxitos de la banda. “El Malo” nos empujó hasta lo más adentro para encontrarnos rodeados de un público que coreaba sin contemplaciones cada tema de la banda.
Tras romper falsos mitos, con “Breakthoven”, llegó la hora de demostrar a más de uno de los presentes que allí se encontraba “Hermano del rock and roll”, mientras los Barón corrían más que nunca por un gran escenario llevando a cabo ese balanceante movimiento de guitarras al que nos tienen tan acostumbrados. Con “Cuerdas de acero” se desata la pasión y el público canta alto y claro su letra.
Bajo las luces rojas, blancas y azules, Barón Rojo empezó a entonar ese himno escrito hace más de 30 años y que aún hoy en día se canta con matiz reivindicativo, “Resistiré”, y puños en alto pusieron fin a un concierto de 50 minutos donde demostraron que el Heavy Rock sigue tan vivo como en los 80.

Con unos escasos 20 minutos de descanso, nos acercamos a los servicios, donde nos sorprendimos por la limpieza de éstos y la disposición y amabilidad del personal de la organización, descansar un poco en la barra y retomar fuerzas para el próximo directo.

Fortu, pletórico lo daba todo en el escenario, llegaba el momento más terrorífico de la noche con “Te visitará la muerte” y el concierto se convertía en una auténtica fiesta, corta pero muy intensa. Consiguieron una conexión total entre el público y la banda con temas como “Que te jodan”, “Dinero, dinero”, “Yo solo con mi moto” y “Vamos muy bien”, tema por excelencia que incita a la fiesta. Tras casi una hora con Obús llegaba el final de un concierto maravilloso que cerraron con el tema “Esta ronda”, que no la convidaron, pero nos la tomamos igualmente a su salud.



Primeros acordes con efectos de distorsión de uno de sus himnos “Welcome to the jungle”. Todo hay que decirlo, Axl se soltaba por momentos, con sus míticos bailes y recorriendo el escenario para que nadie se perdiera su actuación, aunque las pantallas, que sólo estuvieron presentes durante este concierto, ayudaron bastante. Llegaba el momento de recorrer parte de su carrera musical acompañados de video clips muy de los 90’s, mientras sonaba “Mr. Brownstone” y “Rocket Queen”. Con la luz azul celeste en lo alto, Axl cambia el blanco por el negro en su sombrero para el tema “Estranged”, que daba paso al momento de solos a cargo de Richard Fortus. Un par de canciones más, y sonaban los solos de Tommy Stinson, seguido del teclista Dizzy Reed.

A partir de aquí, un éxito tras otro fue sonando hasta el final del concierto, con un pequeño guiño a Pink Floyd y su tema “Another Brick In The Wall” con el que abren el bloque de baladas, sonando “November Rain”, que sacó el talento de Axl al piano, con luces púrpuras sobre el escenario y una chaqueta con pequeños destellos aparecía la dulzura que siempre ha trasmitido este tema. Pero las lágrimas saltaron con “Don´t Cry”, de blanco sobre el escenario Axl derrochaba romanticismo, sin dejar perder un ápice de toda la magia que afloró en su momento, tocándole el turno a “Knockin’ on heaven’s door” elevándonos todos hasta al cielo.
Una recta final en casi tres horas de concierto, inmejorable, tres horas de las cuales por unanimidad nos quedamos sin lugar a dudas con la última, donde aún pudimos disfrutar de “Patience” y entre parpadeantes cañonazos de confeti multicolor que iluminaban cada rincón del escenario y fuegos artificiales, sonó grandiosamente el tema de despedida, “Paradise City”.
Y se acababa para nosotros la primera noche de Costa de Fuego, las cuatro de la madrugada, Guns N’ Roses se marchan del escenario dejándonos un sabor dulce en los labios. El escenario se queda vacío, hasta que vuelva a salir el sol al día siguiente y toda la gente a dormir o a la carpa a seguir disfrutando de la música hasta el amanecer.
Texto: Ana Juan y Jesús Bellón
Fotos: Jesús Bellón
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